Vivimos en tiempos sin precedentes de grandes avances digitales e innovación. La tecnología se mueve y cambia rápidamente en todo el mundo mientras nos conecta de formas imprevistas. Los estudiantes del siglo XXI son nativos digitales que desconocen la vida sin acceso a Internet, la comunicación instantánea, los teléfonos móviles y una gran cantidad de información bajo demanda en sus bolsillos.
Aunque esta generación puede navegar por el mundo digital con facilidad, no es razonable suponer que los jóvenes comprendan plenamente cómo aprovechar la tecnología para obtener los mejores resultados posibles. Investigaciones muestran que la mayoría de los jóvenes usan Internet para distraerse y comunicarse con sus amigos a través de las aplicaciones de redes sociales. En línea, los adolescentes no son más alfabetizados digitalmente o más hábiles que los adultos. La mayoría de los adolescentes no han sido expuestos a las herramientas que necesitan para impulsar sus carreras, como la escritura, el diseño web o la producción de contenido. Además, la seguridad en línea, los peligros legítimos y las posibles consecuencias de la huella digital aún no se han discutido.
Como sociedad, es nuestra responsabilidad garantizar que los jóvenes sean plenamente conscientes y estén informados sobre la ciudadanía digital. Instituciones educativas, padres, los programas comunitarios y las organizaciones juveniles deben hacer que la ciudadanía digital sea una prioridad para garantizar que nuestros jóvenes líderes estén en una base sólida para un futuro positivo. El llamado a la enseñanza de la ciudadanía digital ya no debe seguir siendo cuestionado; es una prioridad crítica para los jóvenes, comunidades y el país integro.
Ciudadanía Digital se define como las normas del uso apropiado y responsable de la tecnología; se puede dividir en ocho áreas estratégicas: etiqueta, comunicación, alfabetización, comercio, derecho, acceso, seguridad-derechos y responsabilidades. La ciudadanía digital es más que solo un plan de estudios para ser enseñado en un aula; es un proceso continuo para preparar a los jóvenes para una sociedad inmersa en la tecnología, personal y profesionalmente.
Los dispositivos móviles se han convertido en el principal impulsor del uso adolescente de Internet: el 91% de los adolescentes se conectan en línea desde dispositivos móviles al menos ocasionalmente. Entre estos «adolescentes móviles», el 94% se conecta en línea diariamente o con más frecuencia. En comparación, los adolescentes que no acceden a Internet a través de dispositivos móviles tienden a conectarse en línea con menos frecuencia. Un 68% se conecta en línea al menos diariamente.
Como resultado de estas crecientes estadísticas, los padres y las instituciones educativas se están volviendo más conscientes de la ciudadanía digital al tiempo que comienzan a tomar un papel activo. Sin embargo, debido a que la tecnología cambia tan rápido, puede ser difícil mantenerse al día.
En el sistema educativo, la ciudadanía digital se difunde en general, sin requisitos estatales en referencia a un plan de estudios estándar. En algunas instituciones educativas, la tecnología se adopta y los estudiantes tienen acceso a laptops y uso de Internet para investigación y proyectos. Algunas escuelas incluyen programas tecnológicos de vanguardia que aumentan la conciencia en línea sobre las oportunidades digitales, además de educar a los estudiantes sobre los peligros reales.
En el otro lado del espectro, hay educadores preocupados que creen que la digitalización de las aulas está afectando gravemente a su pedagogía. En el nivel de educación superior, algunos docentes prohíben las computadoras portátiles o celulares inteligentes en sus cursos de conferencias, mientras que muchas unidades educativas mantienen dispositivos tecnológicos, soporte o políticas. Además, muchas investigaciones han demostrado que los profesores que tienen 55 años o más no confían en la tecnología y se sienten abrumados por su mera existencia.
Esta dicotomía entre la población educativa puede conducir a la falta de oportunidades para los jóvenes en el espacio digital y para el futuro empleo en el campo STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
Para 2019, se espera que los empleos STEM. Crezcan casi el doble de rápido que en otros campos, lo que generará más puestos de trabajo. Desafortunadamente, un gran porcentaje de estos trabajos en STEM pueden permanecer vacantes debido a la falta de habilidades requeridas. La tecnología que ha cambiado el mundo, irónicamente, también tiene la mayor brecha para futuras oportunidades de empleo.
Los estudiantes no solo necesitan ser competentes en el uso de la tecnología digital; necesitan aprender sobre las diferentes dimensiones digitales que mejorarán su futuro para el empleo. Algunos ejemplos incluyen la codificación, la animación, el diseño web, los blogs, la ciberseguridad y la reducción de la información. Los jóvenes de hoy en día deben comprender el mundo digital desde una perspectiva holística para comprender verdaderamente cómo funciona el mundo digital detrás de escena, y sus roles como parte de esta plataforma.
Como resultado de los rápidos cambios en la tecnología, todos nosotros, la sociedad, debemos dedicarnos a desempeñar un papel de liderazgo para satisfacer las necesidades de los jóvenes de hoy. Esta estrategia no solo reconoce el llamado a empoderar a los jóvenes con las herramientas digitales que necesitan para el éxito futuro, sino que también corre paralela a la forma en que los estudiantes aprenden en el siglo XXI.
Es nuestra responsabilidad entender que la ciudadanía digital no solo es una prioridad hoy en día, sino que también es una preocupación constante que afecta a los jóvenes desde la secundaria hasta la universidad y hacia la fuerza de trabajo. Teniendo en cuenta estas necesidades tecnológicas, se debe hacer un compromiso global proporcionando mentores, recursos y herramientas a quienes más lo necesitan hoy en día, para colmar la brecha tecnológica hacia las oportunidades en el campo de STEM para el futuro.
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