La atención es una capacidad cognitiva fundamental en el proceso de aprendizaje, especialmente en niños de primero de primaria, donde se establecen las bases para el desarrollo académico. Los problemas de atención pueden afectar significativamente la comprensión, retención y aplicación de conocimientos, por lo que es esencial implementar estrategias eficaces para mejorarla.
Factores que afectan la atención en niños de primero de primaria
Los niños de esta etapa presentan un desarrollo neurológico en constante evolución, lo que impacta su capacidad de concentración. Factores como la falta de rutina, entornos con múltiples distracciones, el uso excesivo de tecnología y problemas emocionales pueden dificultar la atención sostenida (Posner & Rothbart, 2007). Además, algunos niños pueden presentar signos de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), lo que requiere un abordaje específico (Barkley, 2015).
Estrategias para mejorar la atención en el aula y en el hogar
- Uso de técnicas de mindfulness: Ejercicios de respiración y conciencia plena han demostrado mejorar la regulación emocional y la capacidad de atención en niños (Zelazo & Lyons, 2012).
- Juegos de atención: Actividades como encontrar diferencias en imágenes, seguir secuencias de sonidos y juegos de memoria fortalecen la concentración y el procesamiento cognitivo (Diamond & Lee, 2011).
- Ambiente estructurado: Un espacio de aprendizaje organizado, con estímulos visuales controlados y horarios definidos, favorece la estabilidad y la atención (Gazzaley & Rosen, 2016).
- Estrategias multisensoriales: Utilizar materiales táctiles, auditivos y visuales mejora la retención de información, permitiendo una mayor implicación en las tareas escolares (Willis, 2017).
- Técnicas de reforzamiento positivo: Premiar los logros en el tiempo de concentración fomenta el esfuerzo continuo y la autorregulación (Skinner, 1953).
Intervención de los docentes y familias
El rol del docente es clave para adaptar la metodología a las necesidades atencionales de cada niño. La planificación de actividades breves y variadas, así como la incorporación de pausas activas, puede mejorar la participación. Asimismo, la familia debe fomentar hábitos saludables como el descanso adecuado y la reducción del uso de pantallas antes de dormir (Hirsh-Pasek et al., 2009).
Conclusión
La atención es un proceso que puede potenciarse a través de estrategias didácticas y entornos adecuados. La combinación de técnicas cognitivas, ambientes estructurados y el acompañamiento emocional permite a los niños mejorar su capacidad de concentración y, en consecuencia, su rendimiento académico.
Bibliografía
- Barkley, R. A. (2015). «Attention-Deficit Hyperactivity Disorder: A Handbook for Diagnosis and Treatment.» Guilford Press.
- Diamond, A., & Lee, K. (2011). «Interventions shown to aid executive function development in children 4 to 12 years old.» Science, 333(6045), 959-964.
- Gazzaley, A., & Rosen, L. D. (2016). «The distracted mind: Ancient brains in a high-tech world.» MIT Press.
- Hirsh-Pasek, K., Golinkoff, R. M., Berk, L. E., & Singer, D. G. (2009). «A Mandate for Playful Learning in Preschool: Presenting the Evidence.» Oxford University Press.
- Posner, M. I., & Rothbart, M. K. (2007). «Educating the human brain.» American Psychological Association.
- Willis, J. (2017). «Research-Based Strategies to Ignite Student Learning: Insights from a Neurologist and Classroom Teacher.» ASCD.
Zelazo, P. D., & Lyons, K. E. (2012). «The potential benefits of mindfulness training in early childhood: A developmental social cognitive neuroscience perspective.» Child Development Perspectives, 6(2), 154-160.