En la actualidad existe un número abundante de posiciones teóricas que se han constituido en un intento amplio y directo de explicar y mejorar los procesos relacionados con los términos: aprendizaje, enseñanza y educación. Sin embargo, para comprenderlos se debe realizar un tratamiento conceptual definitorio de los mismos.
En este sentido, el significado del término aprendizaje, considerando su amplitud, normalmente enfoca y se utiliza para describir un cambio relativamente duradero de la conducta que se da como respuesta a una tarea inducida por la experiencia o por los procesos por los que se produce dicho cambio.
El término enseñanza, por su parte, hace referencia a las actividades que inducen al conocimiento y difiere del entrenamiento.
El término educación debe ser comprendido como un cambio progresivo y deseable en un sujeto como resultado de la influencia ambiental y del conocimiento.
La educación, a pesar de otras posiciones teóricas específicas, será considerada como aquella experiencia que posee habitualmente connotaciones de tipo histórico, político y cultural que se escapan de las estructuras básicamente pedagógicas que parece deberían enmarcarla.
El origen de estos conceptos depende de paradigmas que han surgido a lo largo del último milenio y que, aún hoy, dependen de la perspectiva con la que se utilice dichos términos. Por ello es que se requiere una revisión general de las perspectivas científicas que han y contribuyen a la explicación y mejora del aprendizaje.
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