La fe, según James Fowler (1981, 1989), es una forma de percibir y conocer el mundo, un proceso que se desarrolla a lo largo de la vida mediante la interacción entre la persona y su entorno. Fowler, junto a sus estudiantes de la Harvard Divinity School, llevó a cabo entrevistas con más de 400 personas de diversas edades, contextos socioeconómicos, educativos y religiosos, con el fin de entender cómo las personas llegan a esta forma de conocimiento.
Fowler plantea que, al igual que ocurre con otros aspectos del desarrollo cognitivo, la fe progresa a través de etapas que se construyen unas sobre otras. Cada nueva experiencia que desafía el equilibrio personal —como crisis, problemas o revelaciones— puede ser el detonante que impulse a una persona a transitar de una etapa a la siguiente. Sin embargo, las edades en que ocurren estas transiciones varían y, en algunos casos, las personas pueden quedarse en una misma etapa indefinidamente.
El desarrollo de la fe, según Fowler, guarda paralelismos con los modelos de Piaget, Kohlberg y Erikson. Las etapas que propone son:
- Etapa 1: Fe intuitiva-proyectiva (de los 18-24 meses a los 7 años). Durante esta fase inicial, los niños, una vez han desarrollado la confianza básica descrita por Erikson, comienzan a formarse imágenes poderosas sobre Dios, el cielo y el infierno. Estas imágenes se basan en las historias que escuchan de los adultos, pero, debido a su visión egocéntrica, les resulta difícil diferenciar el punto de vista de Dios del suyo propio o del de sus padres. Tienden a obedecer con el fin de evitar el castigo.
- Etapa 2: Fe mítica-literal (7 a 12 años). A medida que los niños desarrollan una visión más lógica y coherente del mundo, interpretan de manera literal las historias y símbolos religiosos. Empiezan a comprender que el juicio de Dios toma en cuenta el esfuerzo y la intención, lo que refuerza su creencia en la justicia divina.
- Etapa 3: Fe sintética-convencional (adolescencia o más allá). En esta etapa, los adolescentes son capaces de pensar de manera abstracta y adoptan sistemas de creencias basados en ideales. Buscan una relación personal con Dios, pero su fe está influenciada por la autoridad moral de otros, como sus pares. Esta etapa es común en alrededor del 50% de los adultos.
- Etapa 4: Fe individuativa-reflexiva (20 o 25 años o más allá). En esta fase, los adultos realizan un análisis crítico de sus creencias, comenzando a definir su fe de manera independiente, sin depender de las normas impuestas por su entorno o grupo.
- Etapa 5: Fe conjuntiva (vida media o más allá). Aquí, los adultos de mediana edad reconocen las contradicciones y paradojas de la vida, lo que les lleva a una lucha entre satisfacer sus propias necesidades y sacrificarse por los demás. Esta etapa conlleva una aceptación más profunda de las complejidades de la vida, impulsada por la fe.
- Etapa 6: Fe universal (vejez). Esta etapa, reservada para figuras morales y espirituales excepcionales como Mahatma Gandhi, Martin Luther King Jr. o la Madre Teresa, se caracteriza por un profundo compromiso con ideales universales que inspiran a otros. Estas personas pueden convertirse en mártires debido a su desafío al orden establecido, y aunque valoran la vida, no se aferran a ella.
El trabajo de Fowler ha sido pionero al sistematizar el estudio del desarrollo de la fe. Sin embargo, ha recibido críticas, principalmente por la falta de aleatoriedad en su muestra y por su enfoque en el conocimiento cognoscitivo, que algunos consideran subestima la madurez de una fe simple pero sólida. Otros cuestionan si la fe realmente se desarrolla en etapas, tal como Fowler las propuso. Él mismo ha advertido que sus etapas avanzadas no deben considerarse superiores, aunque reconoce que quienes alcanzan las fases más altas suelen ser ejemplos morales y espirituales.
Estas críticas son similares a las dirigidas a otros modelos de desarrollo, como los de Piaget, Kohlberg y Erikson, cuyas investigaciones iniciales también enfrentaron cuestionamientos. Se requiere más investigación, particularmente en culturas no occidentales, para confirmar, ajustar o expandir la teoría de Fowler.