Los métodos de enseñanza cambian, pero los principios de la pedagogía efectiva siguen siendo los mismos. Las experiencias, expectativas y futuro de los jóvenes hoy en día son diferentes a los de las generaciones anteriores, pero tratar de obtener el mejor rendimiento de ellos técnicamente ha sido el mismo desde la época de los antiguos griegos. En lo que respecta a la evaluación, todos los educadores han estado persiguiendo el néctar de los dioses: revisión continua y activación del aprendizaje, hasta la evaluación sumativa. ¿Podría la tecnología ser la clave para esto?
Una de las aplicaciones bien conocidas de las nuevas tecnologías es la capacidad de involucrar a los estudiantes; A riesgo incluso de dibujar una caricatura, la Generación Z realmente está en casa con pantallas. La siguiente etapa debe verse a través de los lentes de la evaluación continua; A través de la gamificación y los cuestionarios, la tecnología ofrece a los profesores una ruta para realizar evaluaciones formativas periódicas.
No solo los métodos digitales son adecuados para involucrar a la generación con conocimientos tecnológicos, también se convierten en instrumentos para comprender las fortalezas y debilidades individuales de los estudiantes. Donde la tecnología corrige instantáneamente y registra la finalización de las actividades de los alumnos, la carga de calificación se elimina de los maestros. Y mientras más frecuentemente se pueda hacer esto, tal vez incluso a diario, será mayor la capacidad de monitorear, modificar y personalizar el aprendizaje de cada alumno hasta el punto de evaluar sumativamente.
Los métodos digitales no solo son adecuados para involucrar a la generación experta en tecnología, también se convierten en instrumentos para comprender las fortalezas y debilidades individuales de los estudiantes.
Seamos claros, la tecnología educativa no debe considerarse de ninguna manera como un intento de reemplazar a los maestros. Lejos de ello, la idea es que las habilidades de los profesores aumenten. Y a medida que aumenta el número de estudiantes, en un momento en que la profesión se enfrenta a un desafío de reclutamiento, la tecnología podría ser la manera de mejorar el gran trabajo que los educadores realizan todos los días.
Desde la época de los antiguos griegos, el apoyo personalizado ha sido el dominio exclusivo de los ricos y los más privilegiados de la sociedad, manteniendo la rígida estructura de clases en su lugar. Afortunadamente, la educación nacional obligatoria ha sido fundamental para mejorar la movilidad social desde el siglo XIX. Activar de forma continua el aprendizaje de todos y cada uno de los estudiantes hasta el día del examen no es sencillo, pero la tecnología del siglo XXI puede ser la manera de dar lo mejor de nosotros.
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