La «Pirámide de Aprendizaje» es un concepto que a menudo se atribuye erróneamente a diferentes autores y teorías. Es importante señalar que la versión específica de la pirámide y sus porcentajes asociados no tiene una base científica sólida y ha sido objeto de controversia.
Una versión popular de la pirámide de aprendizaje atribuye los siguientes porcentajes a diferentes métodos de aprendizaje:
- Lectura: 10%
- Audiencia y visualización: 20%
- Demostración: 30%
- Discusión en grupo: 50%
- Practicar haciendo (aplicar lo aprendido): 75%
- Enseñar a otros: 90%
Sin embargo, esta pirámide no tiene una base empírica sólida y se ha descubierto que la evidencia que respalda estos porcentajes es escasa.
El concepto de la pirámide de aprendizaje ha sido atribuido a Edgar Dale, un educador estadounidense, pero él mismo no creó la pirámide en su forma más conocida. Edgar Dale propuso un modelo llamado «Cono de Experiencia», que visualizaba diferentes formas de aprendizaje, pero no especificaba porcentajes concretos.
Es fundamental comprender que el proceso de aprendizaje es complejo y varía entre individuos. No hay una fórmula única que se aplique a todos. La efectividad de diferentes métodos de aprendizaje puede depender de factores como el contexto, el tipo de contenido y las preferencias individuales.
Como pedagogo, es crucial fomentar la comprensión crítica del aprendizaje y alentar a los estudiantes a utilizar una variedad de enfoques que se adapten a sus necesidades individuales. En lugar de depender de una pirámide específica, es beneficioso explorar diferentes estrategias y métodos de estudio para encontrar lo que funcione mejor para cada persona.
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