La pandemia de COVID-19 ha llevado a países de todo el mundo a imponer restricciones de movilidad, incluido el cese temporal de la escolarización presencial. Los datos de la UNESCO muestran que alrededor de mil millones de estudiantes en todo el mundo se ven afectados por la profunda alteración del sistema educativo. Los cierres prolongados de escuelas podrían tener enormes consecuencias a largo plazo para los niños de hoy, y sus pérdidas de aprendizaje podrían traducirse con el tiempo en aproximadamente $ 10 billones de ganancias menos para la economía global.
Aunque no hay sustituto para la experiencia de aprendizaje en persona, la tecnología educativa es una promesa considerable para fortalecer los sistemas educativos y fomentar la resiliencia en crisis futuras. Sin embargo, no es una solución en sí misma ni una propuesta única para todos. Las soluciones deben estar alineadas con los esfuerzos de los gobiernos centrales y locales con las diferentes fases de preparación, considerando la infraestructura disponible, las plataformas y la preparación de los maestros, estudiantes y padres.
La equidad debe ser la principal consideración
Los hogares más pobres se verán muy afectados por las múltiples crisis provocadas por COVID-19. La creciente desigualdad y la brecha digital subrayan la necesidad de consideraciones de accesibilidad al diseñar soluciones. Los formuladores de políticas también deben incluir a las personas con discapacidades en sus respuestas al COVID-19 a través de inversiones en tecnologías que atiendan a los estudiantes con discapacidades auditivas y visuales.
Las intervenciones deben basarse en diferentes niveles de condición
Los responsables de la formulación de políticas deben centrarse en lo que se puede hacer dentro de las limitaciones actuales y con los recursos disponibles. En el período intermedio, las iniciativas podrían ponerse en marcha de inmediato haciendo uso de la infraestructura existente, la tecnología básica y diversos canales. Para áreas de bajos recursos con conectividad limitada, opciones como SMS, enseñanza basada en redes sociales y materiales impresos son las más adecuadas para su respuesta de emergencia.
A medida que los países y las localidades recuperen su equilibrio en las fases posteriores, las intervenciones pueden incluir herramientas y tecnologías mejoradas para gestionar la continuidad y permitir mejores experiencias de aprendizaje.
Los gobiernos nacionales y subnacionales tienen su propio contexto único que debe informar las intervenciones más sensatas en las etapas de respuesta y recuperación. El principio clave es aprovechar todas las oportunidades en cada etapa para lograr mejoras continuas.
El apoyo debe abarcar las necesidades de los estudiantes, maestros y padres
Los actores de la comunidad de aprendizaje necesitarán apoyo, no solo para el aprendizaje académico, sino también para su bienestar social y emocional.
Los estudiantes deben recibir herramientas para hacer que la educación remota sea atractiva para un aprendizaje más efectivo. Para ayudarlos a tomar decisiones informadas, un repositorio puede facilitar el descubrimiento de las soluciones que mejor se adapten a sus necesidades.
En la educación superior, los entrenadores en línea podrían ayudar a impulsar la participación de los estudiantes, y los sistemas deben adaptarse para hacer que el aprendizaje digital sea atractivo para los estudiantes mediante la facilidad de transferencia de créditos y el registro sin problemas con otras instituciones que ofrecen cursos en línea.
Para los profesores y los padres, una parte clave de su función es mantener motivados a los alumnos. Se les debe proporcionar orientación sobre orientación familiar y medios para hacer preguntas o intercambiar ideas. Establecer grupos de padres y grupos comunitarios de pares puede ser una buena forma de ofrecer apoyo pedagógico y socioemocional.
Facilitar el aprendizaje permanente para prepararse para el futuro
La preparación para la economía del conocimiento, que se destacó por la crisis del COVID-19, exige reformas en los sistemas educativos y mayores inversiones en capital humano para carreras preparadas para el futuro. Los formuladores de políticas tienen un papel clave en el fomento del aprendizaje permanente al reconocer todas las formas de educación, como las micro credenciales, determinar la equivalencia de las calificaciones formales y permitir la colaboración interinstitucional para que los cursos estén más disponibles para diferentes segmentos de estudiantes de la educación superior.
Genere evidencia sobre soluciones efectivas de aprendizaje virtual
El aumento en el uso de la tecnología educativa traerá una gran cantidad de datos que se pueden usar para rastrear el alcance, las vistas y la participación en las plataformas en línea. Si los datos pueden llevar a una comprensión más profunda de lo que está funcionando hasta ahora, los productos más efectivos deben integrarse en la enseñanza en el aula en la fase de recuperación. Para el aprendizaje personalizado, los cursos y las micro credenciales dirigidas a estudiantes adultos, la evidencia de cómo se traducen en oportunidades laborales enriquecería las intervenciones posteriores a la pandemia para el desarrollo de habilidades. Para proteger la privacidad, se debe considerar seriamente la posibilidad de anonimizar los datos personales de los alumnos.
Otro mecanismo para obtener datos es a través de llamadas regulares entre profesores, alumnos y padres. Esto podría ayudar a evaluar los comportamientos y los resultados del aprendizaje, lo que a su vez podría informar las políticas educativas cuando las escuelas y los campus vuelvan a abrir.