Los medios de comunicación masiva en gran medida conllevan una distorsión interesada de la realidad; es decir, que la comunicación no es neutra porque está en manos de intereses políticos, económicos, científicos y religiosos. Es por ello que se refuerza el consumismo, el individualismo, la estandarización, la sobreestimulación, etc.
¿Cómo se distorsiona un mensaje?
Al emitirse un mensaje por un medio masivo, el mensaje puede distorsionarse:
- Expresándolo parcialmente o con medias verdades.
- Destacando o enfatizando más una ideas que otras.
- Dándole una valoración o interpretación intencionada.
- Presentándola en forma sensacionalista.
- Poniéndole unos titulares que no responden a la realidad.
En este sentido, frecuentemente el objetivo principal de la comunicación masiva es el impacto y no la comunicación propiamente dicha. Por tanto, se da la manipulación informativa. El manipulador procura borrar la capacidad de razonamiento crítico del público. Crea una falsa conciencia en la víctima haciéndole creer equivocadamente que ha tomado decisiones personas de un modo racional, autónomo y libre. Quienes manipulan la información se aprovechan irresponsablemente de la naturaleza social de las personas. Por eso corresponde catalogar a la manipulación informativa como una forma sutil de violencia psicológica y opresiva.
El efecto de la manipulación guarda relación con el nivel de carencia de criticidad en el manipulado.
Tipos de manipulación
Básicamente existen dos formas: la distorsión y la información subliminal.
La distorsión de la información
consiste en la acción de confundir la información mediante el comentario u opinión personal del emisor a fin de manipular la información ideológica. Entonces se induce al receptor a adoptar la misma valoración que el emisor del mensaje y provoca reacciones orientadas y a veces mal intencionadas.
La información subliminal
Dado que el comportamiento humano está muy condicionado por el subconsciente que llega a controlar motivaciones, el sistema de valores y la autovaloración. Así la mayoría de los datos y estímulos que recibimos se almacenan en nuestro subconsciente. Esto es lo que permite a los medios de comunicación emitir mensajes que producen efectos subliminales; es decir, que tienen un carácter hipnótico y seductor.
Ante la manipulación informativa
Corresponde educar la criticidad; es decir, plantear a los alumnos experiencias de aprendizaje que les permita y de ocasión de objetivar, medir y confrontar tanto los estímulos como las propias respuestas que se dan ante la realidad; también analizar cada una de las respuestas con el fin de purificarlas y descubrir la realidad que designan, descubrir qué se quiere decir, con que elementos, datos e informaciones se cuentan para llegar a la verdad.