Según muchas encuestas, la mayoría de los estudiantes suelen estudiar en los últimos meses o semanas para rendir exámenes, sin embargo, es recomendable evitar en la medida de lo posible los agobios de los últimos meses y semanas. Para ello, lo mejor es comenzar a preparar los exámenes desde el principio del semestre. Hay que procurar estar al día en todos los temas y trabajarlos de forma organizada: confeccionando esquemas, resúmenes, utilizando apuntes, aclarando dudas, fijando los conocimientos que se resisten a ser aprendidos y sobre todo repasando frecuentemente los temas, creando el hábito desde el comienzo del semestre o gestión.
Nuestra memoria es frágil, es necesario que refresquemos y repasemos lo aprendido; entendiéndolo a diario si deseamos que a la hora del examen no nos juegue una mala pasada.
Aunque muchos estudiantes no comprenden bien, la importante necesidad de hacer una buena planificación de los exámenes desde el principio del semestre. Sin embargo, ahora que todavía estamos a una distancia prudencial del fin del semestre, es cuando se puede remediar en buena medida los fallos que hemos venido arrastrando reiteradamente hasta este momento.
Tres aspectos a partir de las cuales subyace este artículo que se debe tener en cuenta, reflexiona seriamente sobre ellos:
No dispondrás de tiempo, de tranquilidad mental, ni de seriedad, ni de la suficiente confianza en ti mismo para repasar en profundidad los temas dados a lo largo del curso, si lo dejas todo para los últimos meses o semanas.
Los repasos frecuentes de los contenidos recién estudiados facilitan muchísimo la comprensión y el aprendizaje de los sucesivos, ya que la comprensión firme y estable del material que procede es una buena base para los nuevos conocimientos que has de incorporar y dominar. En otras palabras, que cuanto más y mejor hayas aprendido y repasado lo anterior tanto más fácil te resultarán las nuevos contenidos a estudiar.
Olvidarás con toda seguridad, si no repasas con cierta frecuencia lo ya estudiado. La gráfica de una curva de olvido sobre conocimientos retenidos y como se ha de ir repasando cada cierto periodo de tiempo para tenerlos bien fijados, te convencerá de lo importancia del repaso, tenlo en cuenta, es tu mejor aliado.
PREPARACIÓN
Debe iniciarse 5 – 6 semanas antes de finales del semestre. Tomándose este tiempo, puedes hacer un horario de repaso con tranquilidad, confeccionándote una lista de los temas con la intensidad o dedicación que a tu juicio precisa cada uno. Puede servirte como esquema de repaso el ejemplo de la página siguiente. Síguelo día a día y comprobaras su utilidad. Si deseas mantener el interés, estudia más de un tema por día y repasa los ya estudiados, pasados dos o tres días.
Aunque el repaso y el estudio de las lecciones debe ser personal, enfrentándote con las dificultades de aprendizaje que te surjan, es muy importante que anotes las dudas y que trates de resolverlas cuanto antes con el docente o con tus propios compañeros. No hay mejor complemento al repaso que el reunirse una o dos veces por semana con los compañeros del curso para repasar, preguntarse y aclarar las dudas del grupo. En este afán por aclararse y por aclarar a los demás las dudas que vayan surgiendo se consigue mayor atención e interés, se fijan mejor los contenidos difíciles y se reduce la ansiedad ante el examen. El contacto con los compañeros, superando las dificultades comunes, ayuda a mantener el sentido de la preparación y a encarar con más confianza y esperanza los exámenes finales. Te servirá de gran apoyo para organizar lo aprendido repasar todo el material de que dispongas sobre cada tema.
Echa mano de los apuntes de clase, de las anotaciones marginales en el libro, de las dudas que necesitaste aclarar con el docente, de los trabajos redactados por escrito y que tengan relación directa con los contenidos de la lección. Trabaja con todo este material de manera conjunta para posteriormente hacer el estudio, repaso de dos, tres o más temas que estén relacionados y que previamente has estudiado separadamente.
Hazte diversas preguntas sobre los temas, haz las a tus compañeros ya que ellos te las hagan a ti, e intenta responder por escrito, simulando exámenes parecidos a los que esperas que haga el docente de cada asignatura. Por cierto, será bueno adquirir información sobre los exámenes que suelen poner, que forma tiene de calificar y los contenidos a que da mayor importancia…. De todo ello puedes informarte por los alumnos de cursos anteriores
SEMANA ANTERIOR AL EXAMEN
Hay varias formas de calmar los nervios de esta última semana:
Reduce los contenidos de cada asignatura, lección por lección, deja las ideas más importantes. Echa mano de nuevo de los esquemas, resúmenes y apuntes y repasa lo esencial.
Familiarízate con la situación del examen simulando estar ya en el aula, relajado y dispuesto a contestar las preguntas.
Entretente en contestar preguntas idénticas a las que suele formular tu docente. Esto perfeccionará más tus respuestas ante el examen real.
Descansa mental y físicamente durante esta semana, es fundamental si deseas tener el cerebro al máximo de su rendimiento, estar descansado y fresco durante el examen. Estudiar muchas horas seguidas en el último momento es trabajar de manera directa en contra de tu propio rendimiento.
Autor: Gualberto Tein Alanoca
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